viernes, 28 de diciembre de 2007

EL MUÑECO MISTERIOSO

Érase una vez un día de Navidad que estábamos mi amigo Pedro y yo. Íbamos a ir al parque, pero, cuando estábamos allí, vimos que caía nieve. Entonces, al ratillo, hicimos un muñeco de nieve: le pusimos dos ojos de botón, la boca de lentejas y en la nariz una zanahoria.
Luego, Pedro fue a por una bufanda y se la pusimos. Le dije:
- Pedro, yo me tengo que ir, mañana nos vemos.

José llegó a su casa y se encontró que no había nadie. Volvió al parque y vió que no estaba el muñeco de nieve. Muy asustado, se fué a la casa de Pedro. Tocó el timbre, pero no contestó nadie.
Ya se iba para la casa de su abuela, y por el camino se encontró con Pedro y le dijo:
- ¡El muñeco de nieve ha desaparecido! ¡y mis padres también! ¡y los tuyos también!

Se fueron otra vez al parque y vieron que el muñeco estaba allí. Le dijo José a Pedro:
- ¿Y si el muñeco ha cogido a nuestros padres y los ha encerrado?
A José se le ocurrió una idea:
- Vamos a destrozar el muñeco.
Lo intentaron, pero no pudieron. El muñeco quería acabar con la Navidad. Pedro empezó a tirar bolas de nieve al muñeco, pero se fué haciendo cada vez más grande hasta reventar. Y, cuando reventó, los padres de José y de Pedro aparecieron. Al final, se celebró la Navidad.

- 6º de primaria - Jose Mª Solvas Sánchez

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