
l manicomio estaba llenísimo y los médicos querían deshacerse de algunos locos. Entonces, colocaron a todos los locos para que saltaran de un trampolín en una piscina que estaba totalmente vacía. El primero saltó y se dió con el suelo, y también el segundo y el tercero... Y todos caían en el fondo de la piscina. Pero nuestro conocido amigo loco llegó, subió al trampolín, miró para abajo y se volvió.
El médico pensó:
- ¡Qué bien! A ese puedo darle alta, es el único que no ha saltado.
- ¿Por qué no has saltado? - le pregunta el médico.
- No se lo cuentes a nadie, pero no sé nadar... HAHAHAHAAAAAA
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